ORIGENES DE NUESTRA CULTURA

Los toltecas consideraban a este dios divinidad única, amante de la paz, que repudiaba los sacrificios humanos y que impulsaba a los creyentes a una vida de perfección moral. Dios del equilibrio y la sabiduría, Quetzalcóatl favoreció la cultura tolteca produciendo grandes artífices, arquitectos, pintores, escultores
Por otro lado, varias fuentes históricas aseguran que Quetzalcóatl sí existió. Hacia el año 935 dC., en Tula, nació QuetzalcóatlCeácatl Topiltzin, gran hombre que desde un principio tuvo características de héroe. El Códice Chimalpopoca registra la historia de Mixcóatl y Chimalma, de cuyo amor nació este Quetzalcóatl. Muerta la madre, a Ceácatl lo crió Quilaxtli o Cihuacóatl (mujer serpiente). Desde muy pequeño, y ayudado por su padre, aprendió Quetzalcóatl a pelear. Ya maduro se convirtió en Gran Sacerdote de Tula. Se le describe como un hombre blanco, alto, corpulento, de frente ancha y ojos grandes, cabellos negros y largos y barba poblad

QUETZALCÓATL Diana Ríos

Quetzalcóatl favoreció la cultura tolteca produciendo grandes artífices, arquitectos, pintores, escultores

De frente ancha para su inteligencia
Ojos negros para penetrar por la noche
Barba tupida de oro rizado para lograr el conforte
Sacerdote de Tula y dueño de los vientos
Adorado por vasallos
Se empezó a poner viejo
Su nombre
“Quetzalcóatl”
Sabio de la plata de conchas doradas y blancas
Su vestido largo
Habitaba en palacios milagrosos
Era a el a quien los dioses la sabiduría regalaban
Mientras que los hechiceros de envidia
Sus ojos grandes pelaban
Su pueblo rico con mazorcas grandes como el hombre
Cañas largas como robles
Y algodones de colores
Todo en Tula donde era de crianza el pueblo por nombre
Cuenta la historia
Que al volverse viejo
Su espejo no le sonreía
Estaba cansado
Y aprovecharon su agonía
Hechiceros llegaron para que bebiera su vida
Se lo llevaron tomado
Y su pueblo moría
Se fue en barca formada de serpientes
Y nadie sabe donde se fue
Los hechiceros murieron antes de verlo desfallecer
El pueblo entero se fue
Y también a el
Nadie lo vio volver